Porque en tu cocina pueden pasar cosas mágicas.
Conocido el crépito fuego, dominar la técnica y su mejor soporte.
Un arroz para ser perfecto debe disfrutarse en buena compañía.
Las buenas canciones te hacen bailar. Lo mismo pasa con los postres.
Café o té, que cada uno escoja su bálsamo para el corazón y el espíritu.
Todo artista necesita sus mejores herramientas para preparar su mejor creación.
El arte de cocinar al aire libre es una tradición que reúne a familiares y amigos, creando momentos inolvidables alrededor del fuego. Dentro de este ritual culinario, el pescado a la parrilla ocupa un lugar de honor, fusionando la frescura del mar con el sabor ahumado del grill.
El primer paso hacia un pescado a la parrilla exitoso es elegir la pieza adecuada. Podemos decir que casi cualquier pescado se presta a ser cocinado a la parrilla. Lo que debemos tener en cuenta, es controlar bien el peso y la intensidad del fuego. Pescados con la Lubina, Dorada, Besugo, Rodaballo, el atún son ideales por su textura y capacidad para soportar el calor directo.
Al comprar, busca pescado fresco, con ojos claros y brillantes, piel húmeda y un aroma agradable a mar.
Antes de aproximarse a la parrilla, el pescado debe ser preparado con cuidado. Límpialo bien y, si es necesario retira las espinas. Si prefieres pescado con piel, unos cortes diagonales en la piel pueden prevenir que se curve al cocinar.
Una parrilla limpia y correctamente calentada es esencial. Asegúrate de que las rejillas estén libres de residuos de comidas anteriores y calienta la parrilla a una temperatura media-alta. Justo antes de colocar el pescado, pasa un paño impregnado en aceite sobre las rejillas para crear una superficie antiadherente.
Coloca el pescado en la parrilla y deja que se cocine sin moverlo durante los primeros minutos.
Esto permite que se forme una corteza, facilitando el volteo. El tiempo total de cocción variará dependiendo del grosor, pero una regla general es calcular unos 8 minutos por cada 5 centímetros de grosor. Para evitar que el pescado se seque, puedes añadir un poco de mantequilla o aceite de oliva durante la cocción.
La clave para saber si está listo es observar la opacidad del centro; debe estar opaco y desmenuzarse fácilmente al presionarlo con un tenedor. Una vez asado el pescado, también es frecuente completar el plato añadiendo por encima una ajada, que dará un toque extra de sabor. Para hacerla, doramos unos ajos en una sartén con aceite de oliva y cuando están hechos añadimos un chorreón de vinagre.
Con estos consejos y un poco de práctica, estarás listo para asumir el reto y sorprender a todos con tus habilidades culinarias.